Recuerdas
jugábamos con la puerta abierta al río
y arrancábamos las hierbas vestidas de cielo
tu voz temblaba en canto
vaciando la mañana
Recuerdas
veíamos a los niños ciegos
buscar chocolates en el cementerio
y dos veces me quedé en tus ojos
mirando el río que arrastraba
el pueblo que quisimos
la torre de la iglesia se atascaba entre dos rocas
y eran dos los besos que borraban tu ventana.
Luis Márquez Prado.
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