Yo tenía un sueño junto a mi memoria
con el rumor de la verbena y el color que me faltaba.
Mi sueño tenía dos ojos sujetos con imperdibles
y habitaba la mañana y encajaba diez palomas.
Yo tenía un sueño
que era jardín celeste y huracán dibujado,
pero era tu amor mi pena y el dolor que me mordía.
Mi pena trepaba mi sueño y en mi sueño se apuraba.
¿Dónde guardaré mi llanto si tus ojos guardan la mañana?
¡Dolor de espina, revienta mi llanto!
Luis Márquez Prado.
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