Éramos tres a travez de la noche
buscando la cicatriz de la tierra
la fiebre nos pisaba los talones
y apenas cabíamos en la luna.
Éramos tres descubriendo la noche
con un sueño tejido que nos equivocaba
y rompía botellas y acomodaba piedras
teníamos apenas dos soles y una estrella
un dolor rebotando con afán de balcones
pero se fue la noche dejándonos tan sólo
una pelota blanca y una esperanza rota.
Éramos tres muy lejos de la noche
con un vino de amor y de locura
con los ojos duros como diamantes
pidiéndole rebajas a la luna.
Éramos tres correteando a la noche
arrastrándonos junto a un viento seco
y sacándole chispas a la vida
pero la tierra se movió de pronto
y uno se murió y dejó de reirse.
Éramos dos luchando con la noche
yo era una guitarra y un carbón masticado
y el otro era una sombra que se perdió en la noche.
Éramos tres alumnos aplicados
éramos tres dibujando la tierra
éramos tres con la columna rota.
Luis Márquez Prado.
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